El queso, indispensable para una dieta saludable y lograr un buen rendimiento físico

El queso, indispensable para una dieta saludable y lograr un buen rendimiento físico

Cuidar la alimentación, practicar deporte, abandonar hábitos perjudiciales (tabaco, alcohol…) o disponer de tiempo libre para uno mismo, son los propósitos que nos plantearnos al comienzo de cada año… ¿pero los cumplimos?

El deporte nos ayuda a mantenernos en forma, a garantizar un buen tono muscular y mantenimiento de los huesos, además de ser una excelente forma de prevenir enfermedades. Sí a los buenos hábitos deportivos, le sumamos una alimentación sana y equilibrada, los resultados son aún más beneficiosos: en el peso, la tensión arterial y la circulación, en el colesterol, grasas y niveles de azúcar en sangre y sobre todo contribuye a lograr esa sensación de bienestar y a eliminar la tensión y el estrés.
¿Qué alimentos no deben faltar en la dieta del deportista?

Cuando realizamos una actividad física extra, hemos de aumentar el consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono (cereales, pan, pastas alimenticias, patatas, legumbres, frutas), ya que de agotarse las reservas, se produce la temida pájara, ese estado de fatiga y desfallecimiento que reduce al mínimo la intensidad del ejercicio e, incluso, obliga a pararse. Respecto a las grasas, como hay grandes reservas, no es preciso ingerir cantidades extras.
Por otro lado, también hemos de mantener una hidratación adecuada. La deshidratación influye negativamente en el rendimiento físico y puede llegar a provocar una sensación de mareo, náuseas e, incluso, vómitos y diarreas. En ejercicios de menos de una hora de duración, no es necesario beber líquido, pero si el esfuerzo se prolonga por más tiempo, se aconseja tomar tres vasos de agua 1 ó 2 horas antes de iniciar el ejercicio, dos vasos 15 minutos antes y un vaso, cada 20 minutos aproximadamente, durante el desarrollo de la disciplina deportiva.

Algunos consejos prácticos
• Si se practica deporte por la mañana, es fundamental disfrutar de un desayuno completo que incluya lácteos, cereales, fruta o zumo.
• Si la actividad es por la tarde, conviene realizar una comida sencilla y sin demasiadas grasas dos horas antes de comenzar. Por ejemplo: un plato de pasta, arroz o verdura con patata, carne o pescado con guarnición vegetal y pan, y una fruta o algún lácteo.
• Si la actividad se prolonga más de una hora, conviene que cada 60 minutos nos tomemos un descanso para beber e ingerir algo sólido que contenga hidratos de carbono (galletas, chocolate…), lo que nos permitirá mantener mejor el ritmo de ejercicio.

Un menú para un día deportivoFlor de Burgos Collage

Desayunos y meriendas:
Lácteo: leche, yogur, cuajada, quesos…
Cereales: pan, galletas, cereales, muesli,
Frutas frescas o zumos.
Fiambres o embutidos, conservas (atún, etc), quesos…
Grasas: mantequilla o margarina.
Complementos: mermelada, confitura, miel, azúcar…
Almuerzo (en función del desayuno y/o la merienda)
Conviene incluir algún lácteo, cereales, un bocadillo tradicional -con fiambre, embutido, queso…-, o galletas y, una pieza de fruta o zumo.
Comidas y cenas:
– Verdura o ensalada combinada con patata o arroz o pasta o legumbre.
– Carne, pescado o huevo con guarnición vegetal y pan.
– Aceite para cocinar o aliñar los platos.
– Fruta fresca o algún lácteo.