Buñuelos de arroz y queso

Buñuelos de arroz y queso

¿Te ha sobrado un poco de arroz y no sabes qué hacer con él? Hoy preparamos una receta de aprovechamiento de arroz y queso y que gustará a toda la familia.

La mezcla base es suave y necesita de una buena condimentación, así que sed generosos a la hora de hacerlos y comedlos recién fritos. No dejéis de probarlos.

Ingredientes

Para 4 personas

  • Arroz redondo (o cualquier otro tipo) hervido 180 g
  • Huevos talla «M»1
  • Agua 80 ml
  • Harina de trigo 60 g
  • Pimentón dulce (media cucharadita) 3 g
  • Pimentón picante (media cucharadita) 3 g
  • Queso rallado tipo Parmesano o Grana Padano 50 g
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • Aceite de girasol para freír

Cómo hacer buñuelos de arroz y queso

Dificultad: Fácil

 

 

  • Elaboración 5 m
  • Cocción 20 m
  • Reposo 30 m

El proceso de elaboración de estos buñuelos es muy sencillo y relativamente rápido, siempre que partamos de la base de que disponemos de arroz hervido que nos haya sobrado de una ocasión anterior. Podemos preparar el arroz exclusivamente para la ocasión, pero entonces deberemos de contar con el tiempo extra que nos supondrá.

Comenzamos batiendo el huevo junto con el agua. A continuación, agregamos la harina y removemos con unas varillas hasta que no queden grumos. Incorporamos el arroz, el pimentón y el queso rallado. Condimentamos generosamente con sal y pimienta y dejamos reposar la mezcla durante 30 minutos.

Calentamos abundante aceite en una sartén y freímos los buñuelos por tandas, en pequeñas cantidades, para que no se nos peguen y no se enfríe el aceite. Para ello, tomamos una cucharadita de la mezcla y la sumergimos en el aceite caliente, ayudándonos de otra cucharita con la que empujar la mezcla. Volteamos a media fritura para que se doren por todos lados.

Cuando estén listos los retiramos con ayuda de una espumadera. Los colocamos sobre una fuente cubierta con papel absorbente, para que escurran el exceso de aceite y queden más ligeros. Servimos inmediatamente y en caliente, para que no pierdan la textura crujiente del exterior.