¿Puedo tomar yogur aun siendo intolerante a la lactosa?

¿Puedo tomar yogur aun siendo intolerante a la lactosa?

El yogur es un alimento lácteo que se obtiene mediante la fermentación bacteriana de la leche. Su textura y sabor tan particular le viene dado por la conversión de la lactosa (azúcar de la leche) en ácido láctico.

La intolerancia a la lactosa consiste en la incapacidad del intestino delgado en digerir este azúcar, pero esto no significa que debamos dejar de consumir todos los lácteos, ya que en algunos de ellos la lactosa casi no está presente o lo está en proporciones que el organismo puede tolerar perfectamente.

El yogur, al igual que el queso, pero a diferencia de la leche, sufre un proceso de fermentación en el que se incluyen diferentes cepas bacterianas que se encargan de descomponer a la lactosa.
No podemos decir que el yogur es un alimento apto para todas las personas intolerantes a la lactosa, pero si ésta no es severa, podemos admitir una pequeña cantidad de lactosa en la dieta. Estudios realizados demuestran que hasta 12 g/día de lactosa pueden ser bien tolerados por la mayoría, aunque tambien se aconseja tomarlos a intervalos.

Según Alfredo Martínez, catedrático de Nutrición de la Universidad de Navarra “ «El afectado por la intolerancia puede consumir una media de cuatro yogures sin manifestar efectos secundarios como las diarreas o dolores intestinales. Además, se suele conseguir un buen aprovechamiento de la lactosa ingerida”.

¿Por qué puedo tomar yogur y no otros lácteos?

• Un yogur contiene de media entre un 20-30% menos de lactosa, por lo que la mayoría de intolerantes, lo pueden metabolizar, sin problema alguno.
• Las bacterias ácidas que contiene el yogur ayudan a la digestión de la lactosa

Beneficios para la salud
Fuente de calcio: las perdidas diarias de este mineral en nuestro organismo deben ser repuestas a través de la dieta diaria. El calcio presente en el yogur se ha disuelto en el ácido láctico, haciéndose así más absorbible para nuestro sistema digestivo. Ayuda a mantener los huesos y dientes sanos y fuertes.
Genera tolerancia a la lactosa: este es un aspecto muy importante, su consumo es posible entre las personas que no toleran los lácteos, como hemos indicado anteriormente. Las bacterias ácido lácteas contienen lactasa (enzima que digiere la lactosa).
Favorece los procesos digestivos: Ayuda a mantener un equilibrio óptimo en la flora intestinal por lo que se favorecen todos los procesos digestivos. Por otro lado este alimento fortalece nuestro sistema inmunológico ayudándolo a defenderse contra las infecciones.
Reduce los valores de colesterol sanguíneo: diferentes estudios demuestran que el consumo de yogur desnatado baja los niveles de colesterol en sangre, en consecuencia este alimento debe formar parte de la dieta de aquellas personas que presentan riesgo cardiovascular.
Ayuda a fortalecer las defensas del organismo: Al parecer el consumo regular de yogur ayuda a estimular la producción de anticuerpos (inmunoglobulinas A), linfocitos y macrófagos (células blancas de la sangre, responsables de la defensa del organismo).


Recuerda, tener intolerancia a la lactosa no significa eliminar todos los productos lácteos de tu dieta. El yogur y el queso, en cantidades moderadas pueden ser buenas opciones para consumir diariamente, siempre teniendo en cuenta el grado de tolerancia al azúcar de cada organismo.