Receta de tarta de queso sin horno

Receta de tarta de queso sin horno

La tarta de queso es un clásico en la repostería y su facilidad reside en que ésta no necesita horno para prepararse. Los ingredientes no son muchos y están al alcance de todos. Un consejo para que el resultado final de la tarta sea el mejor y que el cheesecake esté bien cuajado es dejarlo cuantas más horas en el frigorífico mejor. Aquí tenéis la receta para una tarta de aprox. unos 20 cm de diámetro.

Ingredientes:

  • 150g de galletas María o similar
  • 70g de mantequilla
  • 500g de queso crema o de untar
  • 500g de nata para montar
  • 100g de azúcar
  • 8 láminas de gelatina neutra o 15g de gelatina en polvo
  • Mermelada de fresa

Preparación:

Para comenzar, vamos a preparar la base de nuestra tarta. Coge las galletas y tritúralas hasta que queden como una especie de arena fina. Puedes usar una trituradora o introducirlas en una bolsa y machacarlas con algún objeto romo. Una vez estén trituradas las mezclamos con la mantequilla derretida y mezclamos.

Colocamos la mezcla en el fondo de nuestro molde, al que previamente le hemos untado un poco de aceite de girasol o mantequilla para evitar que se pegue. Extendemos bien la mezcla en nuestro molde, asegurándonos que está bien aplastada y que cubre toda la base. Ayúdate de un vaso para ello. Introducimos en la nevera y reservamos.

Para la cheesecake ponemos la nata, el azúcar y el queso crema o de untar en una cazuela y calentamos hasta que los ingredientes se integren, sin que llegue a hervir. Una vez conseguido añadimos la gelatina (lee las instrucciones del fabricante) Por lo general, las hojas de gelatina tienen que estar previamente hidratadas. Reserva ¼ parte de gelatina para la cobertura. Dejamos que se integre todos los elementos de la mezcla.

Colocamos la mezcla sobre la base de galletas y dejamos que se enfríe un poco antes de meterlo en el frigorífico. La dejamos en la nevera aproximadamente una hora.

Para la cobertura de fresa calentamos la mermelada en una cazuela y una vez calentada, sin que llegue a hervir, añade el resto de gelatina. Mezcla y ponla encima de la tarta. Por último, introduce la tarta en la nevera sin desmoldar y déjala enfriar unas 8 horas, pero puedes dejarla toda la noche y el resultado será mejor.